CATEDRAL SAN JUAN BAUTISTA
La Catedral de Badajoz, cuyo edificio incluye templo, claustro y otras zonas para usos diversos, ocupa una manzana en el centro de la ciudad.
Su origen remoto se sitúa en el siglo XIII, momento en el que Alfonso IX conquista la ciudad. Con el primer obispo, Fray Pedro Pérez, comenzó a utilizarse como catedral la mezquita mayor de la alcazaba, que había sido consagrada con el nombre de Santa María del Castillo. Inmediatamente se determina la construcción de un nuevo templo fuera de la alcazaba para la sede episcopal y hacia 1274 ya se contaba con una primera catedral dedicada a San Juan Bautista, donde hoy está la que contemplamos.
Allí tuvo lugar la boda de Juan I de Castilla con Beatriz de Portugal, en 1383. Poco después los conflictos con Portugal destruyeron en gran medida la ciudad y la primera catedral, pasando a usarse nuevamente como sede del obispo Santa María del Castillo, probablemente durante más de 80 años.
En la primera mitad del siglo XV se inició la construcción del edificio actual, comenzando por la cabecera. Continuó la obra por el crucero, se levantaron los tres tramos de las naves y en 1473 se usaba plenamente este nuevo edifico.
Las obras prosiguieron en los años siguientes con el resto de naves, las capillas, la torre y el claustro. A mediados del s. XVI estaba terminada la catedral. Un siglo más tarde, el obispo Juan Marín de Rodezno reformó la capilla mayor y amplió otros espacios. De este modo quedaba configurada a finales del siglo XVII como es hoy.
Destaca la torre-campanario de 40 m, las puertas y el remate almenado del conjunto, que ha dado pie a definir el conjunto como una fortaleza. La planta de la Catedral es de cruz latina con tres naves, crucero y dos más de capillas. Las naves se cubren con bóvedas de crucería sencilla, mientras en algunas capillas las bóvedas son más ricas, por levantarse en la última fase del gótico o porque fueron pagadas por manos privadas. La Capilla Mayor está cubierta por cúpula en el primer tramo y embellecida por un magnífico retablo barroco en madera dorada, obra de Ginés López, finalizada en 1717. Frente al presbiterio destaca el coro, cerrado por muros y rejería, en el que puede contemplarse un magnífico conjunto de 85 sillas del siglo XVI. Desde el crucero se accede al claustro de estilo manuelino y separado del patio central por una balaustrada de columnas torcidas. Declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931.
