Plaza de la Soledad y Giralda
Dos magníficos edificios presiden la Plaza de la Soledad. Esta ermita, que acoge en la actualidad a la Patrona de Badajoz, fue erigida a expensas del Duque de San Germán en el último tercio del siglo XVII (1.664), aunque no en su mismo emplazamiento de ahora, sino enfrente, exactamente en el lugar donde hoy se alza el edificio de la Giralda. Las obras de la que hoy conocemos se iniciaron en 1931, siendo derruida la original debido a su estado ruinoso. Es también de espacialidad muy reducida, pero de ostentosa y rica profusión de elementos decorativos. La Soledad es objeto de profunda devoción y cariño por todos los vecinos de la ciudad. Desde el 2019 se puede visitar de manera virtual desde su página web la Capilla superior.
En 1930 y gracias al impulso de la familia Cancho se inaugura el bello edificio de la Giralda, obra de Adel Pinna, según proyecto de Delgado Millán. La torre sorprende por la belleza de su arquitectura neoárabe de estilo regionalista andaluz, mezclándose tejas de cerámica, floreros, azulejería, forja, etc., y rematándose con el dios Mercurio, símbolo del comercio. Ocupa el lugar dejado por la primera ermita de la Soledad levantada en el S. XVII.

Palacio Municipal
El primer Concejo data de 1261 y se encuentra constituido, con motivo del acuerdo con el obispo y el cabildo catedralicio en el almacén del Rey, frente a la iglesia de Santa María la Obispal, dentro de la Alcazaba. Debido al mal estado, en el s. XVI se instaló en la Plaza Alta, en las Casas Consistoriales, desde donde se trasladó en 1799 al Campo de San Juan. En las llamadas “Casas Pintadas”. La primera sesión celebrada en el tuvo lugar en la solemne del 2 de febrero de 1799. Medio siglo después se decidió levantar otro nuevo, el que actualmente preside la Plaza de España, a la sombra de la Catedral. Las obras se iniciaron 1852 por el maestro de obras. Se inaugura en 1856 y posteriormente se instala el reloj en 1889.
El edificio es de tres plantas con remate en la balaustrada. Destaca el cuerpo, que sobresale, con tres arcos en el inferior y balcón hectasilo soportado por columnas toscanas. Sobre él, en el cuerpo superior, el reloj, y en el tejado se levanta una torrecilla que soporta la campana. El resto de la fachada presenta ventanas y balcones adintelados. El Salón de plenos es la sala más destacada y está decorada por Manuel Montesinos en 1856.

Jardines de la Galera
Ocupan el espacio contiguo a la muralla de la alcazaba árabe situado entre la torre de Espantaperros y el semi-baluarte de San Antonio, perteneciente este a la muralla abaluartada construida en el siglo XVII. Su nombre le viene del edificio de La Galera, construido en el siglo XVI adosado a la alcazaba y que ha tenido diversas funciones desde entonces: cárcel, hospicio, almacén de granos, escuela y sede del Museo Arqueológico. Otra edificación singular en este espacio son los restos de la denominada Torre Vieja, que alberga un portillo hacia el interior de la alcazaba.
La creación de los jardines fue pareja al traslado a La Galera del Museo Arqueológico en 1938. Los primeros proyectos de ajardinamientos fueron realizados por el arquitecto Francisco Vaca Morales con la colaboración del arqueólogo Jesús Cánovas Pesini. En el año 2007 se restauraron los jardines y se abren definitivamente al público para gozo de los ciudadanos de Badajoz y ante el asombro de turistas.

Puerta Palmas
Se trata del monumento más emblemático de la ciudad. Consiste en una puerta dispuesta frente al Puente de Palmas, flanqueada por dos sólidos torreones cilíndricos coronados de almenas, y rodeados en la parte superior y en la base por sendos cordones decorativos. La fachada que mira al río se estructura mediante un doble arco de medio punto con casetones, medallones y otros elementos decorativos de gusto renacentista como el escudo imperial de Carlos V, mientras que por otro lado queda resuelta de forma más compleja, por medio de un cuerpo adosado del que forman parte una terraza y una triple hornacina.
En la cara exterior reza una inscripción donde se alude a la fecha de 1551 siendo príncipe Felipe II y emperador Carlos V. Durante un tiempo fue conocida como “Puerta Nueva”, hasta que tal denominación pasó a corresponder a otra entrada abierta posteriormente en las proximidades de la Ermita de Pajaritos. En sucesivas etapas, el entorno de la Puerta de Palmas sufrió numerosas remodelaciones en su ordenación y elementos adyacentes, aunque manteniéndose siempre como punto de acceso fortificado a la ciudad, y de control a efectos aduaneros y fiscales.

Plaza Alta
Data del siglo XV al XVII. Se cree que está construida sobre las antiguas casas de una ciudad islámica. Durante la Edad Media el espacio abierto sin construcciones situado junto a la puerta del Capitel fue lugar de zoco y mercado. En 1699 el Obispo Marín de Rodezno financió la reforma promovida por el concejo, con la construcción en el lado sur de tres edificios portados, decorados con esgrafiados de motivos geométricos.
Hasta 1799, en que se edificó el actual en la Plaza de San Juan, el Ayuntamiento estuvo en esta zona. Entre 1899 y 1970 se instaló un mercado cubierto que posteriormente se trasladó al Campus Universitario. La plaza es de carácter renacentista en contraposición con el carácter medieval cerrado y defensivo. Hay archivos que aseguran que en ella se celebraron autos sacramentales, carreras de caballos, representaciones teatrales y ejecuciones. En la actualidad, los edificios rehabilitados, son utilizados por concejalías del ayuntamiento, asociaciones culturales y viviendas particulares.

Plaza San Francisco
También conocida como paseo de San Francisco, se trata del principal parque de la ciudad por su historia, por su ubicación y por su uso. En sus más de mil metros cuadrados se concentran quioscos de prensa, música y refrescos, jardines, bancos señoriales envueltos en arte, un estanque y el bullicio de casi toda la ciudad que pasea a diario.
Ocupa la zona donde estuvo el antiguo convento del mismo nombre, fundado en 1337, y que posteriormente fue sustituido por las instalaciones militares que, a su vez, dieron paso a las modernas edificaciones. El paseo inicial es de 1836 y ha superado numerosas reformas, la última de ellas en 1999, cuando se recuperan, entre otras cosas, los bancos con azulejos conmemorativos de hazañas de conquistadores. En 2018 se realiza la plataforma única y que enlazará con todo el Casco Antiguo. Los quioscos de funcional y moderno diseño y los grandes espacios ofrecen al viandante un auténtico lugar de descanso, paseo, tertulias, familiar y perfecto para el ocio.

Parque de Castelar
El Parque de Castelar ocupa las huertas y olivar de un antiguo convento: el de Santo Domingo en pleno centro de la ciudad. Se inauguró en 1903 y su aspecto actual de debe a una reforma que se llevó a cabo en 1941 bajo la dirección de Juan Nogre Rauch y José de la Concepción, tras un vendaval que arrasó gran parte del jardín. Tras permanecer largo tiempo como espacio abierto de finalidades varias, bajo la denominación de Campo de San Vicente, el lugar fue convertido en la magnífica y hermosa zona verde que hoy conocemos.
Sus altas palmeras, del tipo Washingtonia robusta, le dan un aire tropical y cálido donde el visitante puede además divisar el estanque de la parte central, en el cual viven patos y palomas. En la zona central de dicho estanque se puede ver una estatua de la escritora romanticista Carolina Coronado, nacida en la ciudad de Almendralejo, y que vivió en Badajoz. A lo largo del parque es frecuente ver a los pavos reales paseando en total libertad.
La zona cuenta con otro parque similar, justo al otro lado de la avenida, llamado Parque Infantil, asentado bajo uno de los baluartes de la muralla de estilo abaluartado que circundaba la ciudad.

Teatro López de Ayala
El Teatro se inauguró el 30 de octubre de 1886 y debe su nombre al dramaturgo y político extremeño del siglo XIX, Adelardo López de Ayala.
La vida cultural de la ciudad se anima de forma importante con la actividad que ofrece este coliseo por la que han pasado una larga nómina de personalidades de la cultura española a lo largo de su historia como Margarita Xirgú, María Guerrero, la asistencia del dramaturgo Jacinto Benavente y la continua presencia de todo tipo de compañías líricas y teatrales de España. Fue la primera sala de exhibición cinematográfica en la ciudad en 1897, alternando la programación musical y dramática con la del cine, hasta principios de los años treinta.
En 1936 sufre un incendio durante la Guerra Civil y tras su reconstrucción en 1942, se incluyó una terraza de verano en la parte alta del edificio. Años más tarde fue rehabilitado y volvió a inaugurarse en mayo de 1993 con una imagen renovada y en cuya reforma conservó la terraza de verano. Para mejorar su gestión se creó en 1994 el Consorcio López de Ayala que integra a las instituciones que sufragan con sus subvenciones el presupuesto del teatro.
